A pesar de que la amigdalectomía (que es la operación en la que se quitan las amígdalas) es la segunda cirugía que se realiza con mayor frecuencia en los niños después de la cirugía para colocar los tubos en los oídos para la prevención de las infecciones en los oídos, actualmente se operan menos niños que en el pasado en todo el mundo. El criterio para operar es más estricto. Sin embargo, si tu hijo necesita la operación, los beneficios son enormes. El sacar las amígdalas no significa que tu hijo no podría tener dolor de garganta en el futuro, todavía puede contraer catarros o gripes con dolor de garganta, pero será diferente.
La cirugía para extraer las amígdalas (amigdalectomía) es corta, por lo general dura alrededor de 30 minutos a 1 hora, pero requiere anestesia general. La recuperación tardará una semana o más y estará acompañada de molestias para comer y beber. Sin embargo con algunos medicamentos para el dolor que te recomendará el médico, y mucha paciencia se recuperará pronto y podrá regresar a sus actividades y a sus juegos.

¿En qué casos el otorrinolaringólogo recomienda operar?
El médico puede recomendar cirugía de las amígdalas en el caso de que el niño o niña sufra de:
- Problemas para tragar debido a la inflamación (hinchazón) de las amígdalas
- Dificultad para respirar normalmente (es decir, que lo hace a través de la boca y no de la nariz)
- Interrupción en el sueño que incluye ronquidos y dificultad para respirar (en ocasiones les causa apnea del sueño)
- Infecciones recurrentes en las amígdalas (mínimo 7 episodios en un año, o mínimo 5 episodios cada año por dos años, o tres episodios cada año por dos años)